Después de más de siete meses de esperar a que los partidos políticos belgas lleguen a un acuerdo para formar un nuevo gobierno, una senadora propuso a las mujeres de los negociadores la idea de organizar una "huelga de sexo" para acelerar el proceso. La senadora Marleen Temmerman soltó la idea en una entrevista concedida al diario local Le Soir.
Inspiración
Para poner fin a esta situación, la senadora Marleen Temmerman (arriba en la foto) propuso una vieja receta. Ésta afirma:
"En la célebre obra de teatro griega Lisístrate de Aristófanes las mujeres declaran una huelga de sexo para terminar la guerra entre Atenas y Esparta. Con esta iniciativa consiguieron poner fin a la Guerra del Peloponeso"
La legisladora declaró además que la huelga de sexo ya funcionó en tiempos recientes y puso el ejemplo de algunos movimientos feministas keniatas que en el 2009 les pidieron a las mujeres de sus políticos, quienes no se ponían de acuerdo, interrumpir las relaciones sexuales con sus maridos. La senadora recuerda:
"Tras un año de malentendidos, un movimiento de mujeres les pidió a las esposas de los negociadores no ceder a tener relaciones sexuales hasta que se solucionara el conflicto. Una semana más tarde, había un pacto sobre la mesa"
Otras ideas
No es la primera vez que un personaje público belga presenta una propuesta peculiar para poner fin a los 241 días de vacío de poder.
El mes pasado el actor Benoît Poelvoorde convocó a sus conciudadanos a dejarse barba hasta la formación de un nuevo gobierno. La propuesta de Temmerman podría ser más eficaz. A quienes le han preguntado si realmente cree que la abstinencia sexual podría salvar Bélgica, la senadora responde:
"Nunca se sabe pues es mejor que el cinismo"
Como explica el corresponsal de BBC Mundo en Europa, Gerardo Lissardy, Bélgica siempre ha sido una nación de diferencias marcadas entre su comunidad flamenca, en la región rica del norte y de lengua holandesa, y la valona del sur, menos próspera y de lengua francesa.
La situación se complicó con el triunfo de los independentistas de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA) en las elecciones del 13 de junio, cuando cosecharon un 28% de votos.
Desde entonces han fracasado las distintas gestiones encomendadas por el rey Alberto II para lograr un acuerdo multipartidario que permita formar un gobierno federal en el país.
La aspiración de N-VA es lograr mayor poder para las distintas regiones belgas, pero los valones francoparlantes que votaron mayoritariamente por los socialistas desconfían de esa idea y quieren más protección federal.
Yves Leterme permanece como primer ministro en funciones a la espera de que se resuelva la crisis.
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