La fuente de la juventud, una fuente increíble, mística y maravillosa, que otorgará de juventud o vida eterna a quien beba de sus aguas. Hasta este punto, no creo que este sorprendiendo a nadie, pero… , ¿Que más sabemos de éste mito? ¿Sabemos de dónde procede? En las siguientes líneas nos proponemos aclarároslo.
Primeras referencias
Las historias de aguas curativas datan al menos de la época de las Novelas de Alejandro y fueron populares hasta la Era de los Descubrimientos europea. Una leyenda posterior procede de la historia del «agua de la vida» en las versiones orientales del las Novelas de Alejandro, donde Alejandro y su siervo cruzan la tierra de la oscuridad para hallar la fuente curativa. El sirviente en esa historia procede a su vez de las leyendas de Oriente Medio de Al-Khidr, una saga que aparece también en el Corán. Las versiones árabe y aljamiada de las Novelas de Alejandro fueron muy populares en España durante y después de la época musulmana y habrían sido conocidas por los exploradores que viajaron a América. También se mencionaba la fuente de la juventud en el Libro de las maravillas del mundo de Juan de Mandeville y en las obras sobre el Preste Juan.
Hay también incontables fuentes indirectas de la historia. La inmortalidad como don aparece con frecuencia en las leyendas, e historias de objetos como la piedra filosofal, la panacea universal y el elixir de la vida son comunes por toda Eurasia y en otras regiones. Una pista adicional puede haber sido tomada del relato del estanque de Betesda en el Evangelio de Juan, en el que Jesús cura a un hombre en dicho estanque de Jerusalén.
Los arahuacos y la isla de Bimini
Las historias de los nativos americanos sobre la fuente curativa estaban relacionadas con la mítica isla de Bimini, un país de riqueza y prosperidad situado en algún lugar del norte, posiblemente en la ubicación de las Bahamas. Según la leyenda, los españoles supieron de Bimini gracias a los arahuacos de La Española, Cuba y Puerto Rico. Sequene, un jefe arahuaco de Cuba, supuestamente había sido incapaz de resistir la tentación de Bimini y su fuente restauradora. Reunió a un grupo de aventureros y navegó al norte, para no volver jamás. Sus antiguos súbditos más optimistas decían que Sequene y sus seguidores había encontrado la fuente de la juventud y vivían lujosamente en Bimini.
Bimini y sus aguas curativas eran temas muy difundidos en el Caribe. El cronista de origen italiano Pietro Martire d'Anghiera hablaba de ellos en una carta que escribió al papa en 1513, si bien no creía en estas historias y estaba consternado de que tantos otros sí lo hicieran.
Para más información, os adjuntamos un mapa de la ubicación de la isla Bimini:
Ponce de León y Florida
Se cuenta que el explorador español Juan Ponce de León oyó sobre la fuente de la juventud de los nativos de Puerto Rico cuando conquistó la isla. Insatisfecho con su riqueza material, emprendió una expedición en 1513 para localizarla, descubriendo el actual estado de Florida. Aunque fue uno de los primeros europeos en llegar al continente americano, nunca halló la fuente.
La historia es apócrifa: si bien Ponce de León pudo oír sobre la fuente de la juventud y creer en ella, su nombre no fue relacionado con la leyenda hasta después de su muerte. Tal relación aparece en la Memoria de Hernando de Escalante Fontaneda en 1575 y en la historia de España en el Nuevo Mundo de Antonio de Herrera y Tordesillas, basada en la obra de Fontaneda. Éste había pasado 17 años como cautivo de los indios tras naufragar en Florida de niño. En su Memoria habla sobre las aguas curativas de un río perdido que él llama «Jordán» y sobre Ponce de León buscándolas. Sin embargo, Fontaneda deja claro que es escéptico sobre estas historias que incluye en su obras y dice que duda que Ponce de León buscase en realidad el arroyo cuando llegó a Florida.
Es Herrera quien hace tal relación definitiva en su idealizada versión de la historia de Fontaneda incluida en su Historia general de los hechos de los Castellanos en las islas y tierra firme del Mar Océano. Herrera afirma que los caciques nativos hacían visitas regulares a la fuente. Un frágil anciano se volvía tan completamente restaurado que podía reanudar «todos los ejercicios del hombre... tomar una nueva esposa y engendrar más hijos». Herrera añade que los españoles había examinado sin éxito cada «río, arroyo, laguna o estanque» de la costa de Florida buscando la legendaria fuente. Podría parecer que la historia de Sequene está igualmente basada en una distorsión de la obra de Fontaneda.
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