domingo, 8 de diciembre de 2013

Los gobernadores más crueles de la historia

A lo largo de toda la historia de la humanidad han habido numerosos líderes y gobernantes que han sorprendido al pueblo por su gran sabiduría y bien llevar de su nación, pero también han existido otros que han utilizado el miedo y el terror para hacerse con el poder de su pueblo, para después gobernar con total puño de hierro y una sed de poder implacable. Por desgracia, han habido muchos gobernantes de este tipo, tantos que harían falta muchas listas como esta para poder recopilarlos todos.

10. Atila

Atila
Era conocido en Occidente como «El azote de Dios». Sus posesiones se extendían desde la Europa Central hasta el Mar Negro, y desde el río Danubio hasta el mar Báltico, siendo durante su reinado uno de los mayores enemigos del Imperio Romano. Era tan temido que se decía que por donde pasaba su caballo, ya no crecía la hierba, ya que por donde pasaba sembraba el pánico.

9. Iván IV de Rusia
Más conocido sin duda con el sobrenombre de Iván "El Terrible". Tras ascender al trono, fue un buen zar, ya que llevó a cabo medidas como la creación de un nuevo código legal o la creación de instituciones con participación popular. Pero tras la muerte de una de sus siete esposas en 1560, Iván se transformó en un zar autoritario y psicópata, del cual se dice que durante las noches sus gritos sonaban por todo el Kremlin. Cuando la situación se volvió insostenible, convocó una reunión de nobles que se dirigió al palacio del zar para reprocharle su gobierno y pedirle que abdicara. Para sorpresa de todos Iván salió apesadumbrado de aquella reunión y dijo que abdicaría en favor de sus hijos y marcharía al exilio. Pero todo fue una farsa del zar, ya que solo se marchó a 100 km de Moscú, en el refugio de Alexándrovskaya Slobodá o Alexándrov. Desde allí mandó tres cartas, una al nuevo metropolitano, Afanasio, a los nobles, y otra al pueblo, en las que acusaba a las instituciones religiosas y administrativas de corrupción, traición y robo. Estas cartas se leen en todas las plazas públicas de las ciudades, creando un ambiente de crispación y sublevación entre el pueblo. Ante el temor de una guerra civil, Afanasio decidió pedir perdón a Iván y le pidió que volviese.
Trasladó su corte a su refugio de Alexándrovskaya Slobodá, en donde se dedicaba gran parte del día a rezar. Después de la traición del príncipe Kurbski (el comandante del ejército occidental) creó los opríchnik, su guardia personal y policía estatal, a la cual dio un uso represivo y de acción militar. Con esta guardia ejecutó a muchos boyardos y miembros del clero, e impidió que se formara un régimen feudal en Rusia.
Por esta época castigó con la pena de muerte a un príncipe por acusarle de haber participado en una orgía homosexual. En 1570, con ayuda de los opríchnik atacó a la ciudad de Nóvgorod, creyendo que se iba a sublevar contra él, acusándola de alta traición por una supuesta alianza con Lituania. Con un ejército de 15.000 hombres devastó Nóvgorod, torturando, decapitando y empalando a muchos de los habitantes.

8. Benito Mussolini

Cuando Italia entró en la Primera Guerra Mundial al lado de la Entente, Mussolini manifestó su completo apoyo al esfuerzo bélico italiano y se presentó como voluntario en el ejército.
Posteriormente, quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda, debido a que Italia había obtenido muy pocas ventajas territoriales y económicas en el Tratado de Versalles, pese a las grandes promesas de Francia y Gran Bretaña con las cuales se había estimulado la participación italiana en la contienda. Ese descontento se manifestó en continuas huelgas y protestas de obreros y campesinos a los cuales se unían veteranos retornados del frente de guerra, ante lo cual Mussolini empezó haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro social. Para ello Mussolini creó en Milán el 9 de octubre de 1919 los Fasci Italiani di Combattimento, grupos armados de agitación que constituyeron el germen inicial del futuro Partido Nacional Fascista en 1920.
El 28 de marzo de 1921 Mussolini desfila en Milán con sus columnas de de camisas negras con ocasión del funeral de las víctimas del terrorismo anárquico del Teatro Diana. Al mostrarse como enemigo de socialistas y comunistas el fascismo consiguió ganarse el favor de los grandes terratenientes e industriales y Mussolini logró salir electo diputado en las elecciones de mayo de 1921.
A partir de este éxito, los camisas negras se van convirtiendo en protagonistas de numerosos episodios de violencia y agresión física o verbal contra sus adversarios políticos, sobre todo contra los socialistas y comunistas; el fenómeno fue llamado squadrismo debido a las "escuadras de acción" organizadas por los camisas negras como piquetes callejeros encargados de atacar arbitrariamente a sus rivales.
Adoptó una política exterior agresiva, y en contra de las recomendaciones de la Sociedad de Naciones, inició la conquista de Etiopía en 1935, ganándose así la aclamación de casi todos los sectores de la sociedad italiana. Sin embargo, dicha popularidad disminuyó debido a: el envío de tropas en apoyo al general Francisco Franco durante la Guerra Civil española; la alianza con Alemania, gobernada entonces por el nacionalsocialismo mediante la formación del Eje Roma-Berlín, que culminó con el denominado Pacto de Acero entre ambos estados; y a la promulgación de leyes contra los judíos y la invasión de Albania.
Aunque el ejército italiano no estaba preparado, durante la Segunda Guerra Mundial, apoyó a Hitler en la invasión de Francia en junio de 1940. Asimismo luchó contra los británicos en África, invadió Grecia y se unió a los alemanes en el reparto de Yugoslavia, la invasión de la Unión Soviética y la declaración de guerra a Estados Unidos. No obstante sus tropas tuvieron múltiples derrotas, lo que ocasionó que el Gran Consejo Fascista destituyera a Mussolini el 25 de julio de 1943, deteniéndole al día siguiente y firmando un armisticio con los aliados, que para ese entonces habían invadido el sur de Italia. Ese mismo año, los alemanes le rescatan y Mussolini proclama la República Social Italiana, efímero régimen radicado en Salò (en el norte italiano).
Durante los últimos días de la guerra, intentó huir a Suiza con su amante, Clara Petacci, pero ambos fueron capturados por miembros de la Resistencia italiana, quienes les fusilaron en Giulino di Mezzegra, el 28 de abril de 1945, siendo sus cuerpos expuestos públicamente en las calles de Milán.

7. Mao Zedong

Hijo de un campesino rico fue ayudante en la biblioteca de la universidad de Pekín. Participó en la fundación del Partido Comunista Chino (PCC) en 1921. Tras la ruptura con el Kuomintang en 1927, Mao dirige una revolución de base campesina, organiza el Ejército Rojo y establece un gobierno revolucionario en la región de Hunan. Derrotado por Chiang-Kai-Chek el ejército comunista inicia la Larga Marcha, que duró desde Octubre de 1934 hasta Octubre de 1935, terminando en la provincia de Shanxi. Durante este duro período Mao se asienta en la dirección del PCC, puesto que no dejará hasta su muerte en 1976.
La etapa de gobierno de Mao estuvo caracterizada por intensas campañas de reafirmación ideológica, que provocarían grandes conmociones sociales y políticas en China, como el Gran Salto Adelante, que fue una serie de medidas económicas, sociales y políticas implantadas en la República Popular China por el gobierno del Partido Comunista de China (PCCh) a finales de los 1950 y principios de los 1960 con la intención de aprovechar el enorme capital humano del país para la industrialización. El fracaso en la preparación de estas medidas, unido a una serie de catástrofes naturales y serios problemas climáticos, produjo una hambruna que, según la mayoría de las estimaciones, provocó la muerte de entre 10 y 20 millones de personas. Después de este fracaso, Mao pasó un poco a la sombra, hasta que ideó la Gran Revolución Cultural, que fue una campaña de masas dirigida contra altos cargos del partido e intelectuales a los que Mao y sus seguidores acusaron de traicionar los ideales revolucionarios, al ser, según sus propias palabras partidarios del camino capitalista. También se centró esta Revolución en el culto desmesurado a la persona de Mao, tomándose medidas como el sustituir los exámenes de acceso a la universidad por unos de ideología comunista.

6. Idi Amin

Fue el presidente de Uganda entre los años 1971 y 1979. Antes de esto fue un importante boxeador de su país, denominado por algunos "El Tonel", ya que medía 1,93 metros y pesaba más de 100 kilos.
En enero de 1971, Idi Amin derrocó el gobierno "constitucional" del presidente Milton Obote mediante un golpe de estado apoyado por Israel y posteriormente por el Reino Unido y asumió de facto la jefatura de estado de Uganda. Apoyado por el ejército, estableció un régimen de terror y una política genocida que llevó a la muerte a más de 300.000 ugandeses.
Inició una guerra civil encubierta y se hizo famoso en el mundo por sus excentricidades y su crueldad. Entre los crímenes cometidos bajo su mandato, causó conmoción internacional el asesinato del Arzobispo anglicano Janani Luwum, quien fue uno de los mayores críticos a sus labores de todo el país, por lo que fue arrestado. Según la radio del gobierno, este Arzobispo murió en un accidente en el coche en el que era transportado a la cárcel, después de que intentase hacerse con el control de vehículo, aunque la realidad es que cuando se entregó su cuerpo a sus familiares, estaba lleno de balazos.
A comienzos de su gobierno ya se veían como eran asesinados y torturados los opositores políticos en la capital; en los campos no era necesario cavar tumbas, pues eran echados a los cocodrilos. Tal fue la persecución, que también fue asesinado el ministro de salud, hombre que realmente quería ayudar a Uganda.
En el aspecto internacional, en un principio mantuvo una política de acercamiento con Inglaterra, la antigua metrópoli colonial, e Israel, pero pronto se inclinó por el mundo árabe y apoyó la causa palestina y a Libia en su política antioccidental. Una de las excentricidades de Amin era la de hacerse transportar en una especie de plataforma cargada por hombres ingleses que debían caminar y silbar simultáneamente la melodía El Puente sobre el Río Kwai.

5. Leopoldo II de Bélgica

Ingresó en el Ejército belga siendo muy joven y realizó numerosos viajes por todo el mundo, lo que marcaría su política expansionista. Contrajo matrimonio con María Enriqueta de Austria en 1853. Sucedió a su padre en el trono de Bélgica doce años después, en 1865, cargo que ocuparía hasta su muerte.
Gracias a la colonización del Congo, Leopoldo convirtió a Bélgica en una potencia imperialista y a él mismo en multimillonario. Gracias a los préstamos concedidos a Leopoldo por el Estado belga, la AIC creó una red ferroviaria a lo largo del río Congo y de sus afluentes, y abrió carreteras. Después de que John Dunlop inventara los neumáticos de caucho, la demanda mundial de látex, su materia prima, se había disparado en la industria automovilística y de bicicletas, y se inició una carrera comercial internacional para dominar el mercado. Para adelantarse a la competencia Leopoldo impuso personalmente altas cuotas de producción de caucho en el Congo, obligando la población indígena a cumplirlas con métodos coercitivos de la más alta violencia. Para aumentar el ritmo de producción, los soldados del ejército belga cobraban primas en función de las cantidades suplementarias de caucho recolectado, lo que les incitaba a endurecer cada vez más los métodos de presión sobre los trabajadores.
Su política con los nativos consistió en brutales prácticas basadas en el más espantoso terror, contradiciendo los principios humanitarios que él mismo había defendido. Se calcula que durante los años de dominio de Leopoldo sobre el Congo fueron exterminados unos diez millones de nativos, la mayoría de ellos esclavizados, mutilados, asesinados o amenazados con la muerte para que trabajaran en la obtención de caucho. No fue hasta 1903, dos años después del fallecimiento de la reina Victoria, prima de Leopoldo, que la Cámara de los Comunes adoptó una resolución crítica sobre la gestión del Congo, y encargó al diplomático Roger Casement que investigara los hechos. Su informe, conocido como el Informe Casement, se hizo público al año siguiente y tuvo un impacto considerable en la opinión pública. El gobierno británico envió copias a los 14 países firmantes de la Conferencia de Berlín, pidiendo que se revisara la concesión privada del Congo al rey de Bélgica. El diputado socialista belga Émile Vandervelde y parte de la oposición parlamentaria consiguieron, en contra de la opinión del rey, que se creara una comisión independiente de investigación, cuyo informe confirmó las observaciones de Casement y Morel. Por su parte el Rey envió su propia comisión de investigación, constituida de oficiales belgas, que negó toda clase de abusos y apoyó su labor civilizadora.
Las consecuencias inmediatas de esos informes se limitaron al arresto de algunos soldados belgas acusados del asesinato de centenares de congoleños en 1903. El rey mantuvo su control sobre el Congo hasta 1908, fecha en la que el Parlamento belga, bajo la presión internacional, decidió anexionarlo y asumir su administración. Leopoldo II aceptó firmar el Tratado de cesión del Estado Independiente del Congo el 28 de noviembre de 1907. Esta cesión fue incluida en 1908 en el acta conocido como «Donación real», por la que Bélgica "heredaba" del Congo así como de la gestión de las inmensas propiedades personales del Rey en Bélgica, preservando su disfrute por sus sucesores en el trono y prohibiendo su venta o alteración.

4. Joseph Stalin

Fue el máximo líder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y del Partido Comunista de la Unión Soviética desde mediados de los años 20 hasta su muerte en 1953.
El 3 de abril de 1922, Stalin fue nombrado Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de todas las Rusias, un cargo que él posteriormente transformó en el más poderoso del país. En aquella época, esta posición se veía como un cargo menor dentro de la estructura partidaria (ocasionalmente en el partido se referían a Stalin como el «camarada archivista»), sin embargo este cargo asociado con el liderazgo que tenía sobre la Oficina Organizativa del Comité Central del Partido, dio a Stalin una base de poder suficientemente fuerte como para permitirle instalar a sus aliados en los puestos claves del partido.
Después de derrotar a la "oposición de derecha" de Bujarin, Stalin comenzó los planes de colectivización e industrialización. En este camino es de destacar la deskulakización, que trajo como consecuencia la expropiación masiva de las tierras explotadas por los hacendados capitalistas, lo cual causó una reducción de la producción de cereales y una gran hambruna en Ucrania que supuso la muerte de varios millones de ucranianos; según el gobierno soviético, «fue una medida necesaria para acabar con la retención y sabotaje de productos que ilegalmente practicaban los kulaks». Los muertos por la hambruna ascendieron a un número difícil de determinar.
A fines de la década del 20, Stalin adoptó enérgicas medidas económicas para permitir la rápida expansión de la industria pesada. Necesitaba producir gran cantidad de acero, maquinarias, ferrocarriles y armas para construir un sistema efectivo de defensa contra la agresión de las potencias capitalistas occidentales.
Pero los recursos necesarios para el desarrollo de la industria, sólo podrían lograrse con un aumento de las exportaciones agrícolas. Para ello había que terminar con las pequeñas explotaciones campesinas, organizar el trabajo en gran escala y mecanizar las tareas agrícolas. Stalin puso en marcha esa reorganización de la producción. Estableció la colectivización forzosa en la que los campesinos fueron obligados a unir su trabajo y sus parcelas formando grandes cooperativas colectivas.
Se estima que los muertos causados por el régimen de Stalin asciende a unos 20 millones, debido en gran parte a estas condiciones extremas de trabajo.

3. Ranavalona I

Tomó el trono de Madagascar en 1828, ya que aunque no le correspondía heredarlo tras la muerte de su marido, fue asesinando poco a poco y con sigilo a todos sus descendientes hasta que quedó ella sola en la línea de sucesión real.
Desde el principio hizo gala de una inigualable maldad. Sus primeros actos fueron destruir los tratados internacionales que había firmado su esposo con las potencias extranjeras y expulsó de la isla a los extranjeros. También persiguió a los cristianos. En torno a 1835 movilizó un ejército para perseguirlos, y el ejército malgache ejecutó a todos los que llevaran una biblia o profesaran el cristianismo en público. Se torturaban a los reos; atar al cautivo a la boca de un pozo y soldados tiran agua hirviendo, de forma que el líquido sube y escalda vivo al desgraciado. Aproximadamente, 150.000 cristianos murieron durante el reinado de Ranavalona.
La isla se sumió en el aislamiento. En 1845 una misión anglofrancesa intentó poner fin a aquel reinado de terror. Pero la reina, que se hacía adorar como una diosa viviente, sospechó que tras ella había una conjura familiar. Su hijo Radama II llegó a pedir a Napoleón III que invadiera la isla. Sin embargo, las puertas de Madagascar no se abrirían hasta 1861, cuando falleció la reina, siendo recordada como la reina más devastadora del siglo XIX.

2. Vlad Draculea

Fue Príncipe de Valaquia (hoy el sur de Rumania) entre 1456 y 1462. Tenía predilección por el empalamiento, una técnica de tortura y ejecución que consiste en introducir un palo de aproximadamente 3,50 m de longitud sin punta (ya que esto aseguraba un mayor sufrimiento en la víctima), por el abdomen, fijarlo a la carne con un clavo y después levantarlo para que la víctima muriese lentamente.
Entre 40.000 y 100.000 personas murieron de esta manera, o a través de otros métodos de tortura, a manos de los hombres del Empalador, durante los siete años que duraron sus sucesivos reinados: enemigos, traidores, delincuentes de todo tipo. Vlad odiaba, más que cualquier cosa, los robos, las mentiras, el adulterio, y no perdonaba a nadie por su rango; más aún, cuanto más alto era el rango del traidor, más duro era el castigo. Consiguió acabar con los boyardos decadentes de su tiempo.
Vlad hizo y deshizo alianzas tanto con turcos como con húngaros, siempre por los intereses de su patria, Valaquia. Durante todo su reinado se caracterizó como un auténtico patriota y siempre defendió los intereses de su pueblo ya que tanto húngaros como turcos miraban a sus territorios como región a conquistar. Casi siempre contó con un ejército reducido y muchas veces utilizó las tácticas de la guerrilla (utilizaba la táctica de tierra quemada, infectaba los pozos de agua, mandaba enfermos de tuberculosis a los campamentos turcos) para luchar contra sus enemigos.
Se cree que Vlad Draculea fue el personaje en el que el escritor irlandés Bram Stoker se inspiró para crear a su personaje el vampiro Conde Drácula, para más información podéis leer nuestra entrada dedicada a Drácula en la realidad.

1. Adolf Hitler

Como ya sabéis, fue un político y gobernante alemán de origen austríaco, que estableció un régimen totalitario en el que recibió el titulo de Führer.
Como jefe del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (también llamado Partido Nazi o NSDAP) dirigió el gobierno del país de 1933 a 1945, ocupando sucesivamente los cargos de Canciller, jefe de gobierno y jefe de estado, gobernando como dictador durante la mayor parte de ese periodo.
Dotado orador carismático y poseído por una presencia personal profunda, Hitler es considerado como uno de los líderes más significativos de la historia. El sistema industrial-militar que fomentó, llevó a Alemania a salir de la crisis económica post-Primera Guerra Mundial y, en su apogeo, a controlar gran parte de Europa.
Hitler ordenó la invasión de Polonia en 1939, en lo que constituye uno de los factores detonantes de la Segunda Guerra Mundial. La guerra que el Eje (Alemania, Italia y Japón) y los Aliados llevaron a cabo durante ese tiempo, condujo a la destrucción de gran parte de Europa. Durante su liderato, Hitler también llevó a cabo la política racial del Partido Nazi, el Holocausto y la muerte y desplazamiento de millones de personas.

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