Nos gustaría hablar de una curiosa noticia que ha salido a la luz este mes en los medios periodísticos asiáticos. El protagonista de la historia es un chico llamado Xiran Zhang, un joven estudiante de 22 años de edad, que cursa el primer año de del grado de ingeniería en la Universidad de Canterbury. Cuando volvía de Shangai fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Auckland de Nueva Zelanda porque le encontraron en su equipaje 10 DVDs que tenían hentai (anime pornográfico) de abuso sexual. Según las autoridades el hentai tenía descripciones de violaciones, abuso y bestialidad (todo el combo), y por ello le cayó todo el peso de la ley a Xiran.
El muchacho opto por declararse culpable de importación de bienes prohibidos por recomendación de su abogado, Simon Clay, quien hacia hincapié en la sección 106 del Acta de Justicia Criminal, la cual indica que:
“si una persona quien es acusada con una ofensa se encuentra culpable o se declara culpable, la corte puede quitarle los cargos sin condena, a menos que por cualquier otra ley aplicable al delito, la corte este obligada a imponer una pena mínima.”
Y acá entro el juez Raoul Neave, quien no acepto soltarlo sin condena, dado que tenía dudas sobre los asuntos que habían llevado a importar el hentai, y hasta que Xiran no declare sobre esto no iba a dar su veredicto. Todo porque consideraba que el material encontrado era “extremadamente perturbador”, pero dado de que eran dibujos animados lo colocaba en una categoría completamente diferente a cualquier otro tipo de pornografía que envolviera victimas reales.
Por otro lado, la fiscalía estaría supervisando que se diera una sentencia apropiada al acusado, mientras que el juez le dio a Xiran tiempo para que pudiera aclarar los asuntos pertinentes. Y no sé qué espera el juez que Xiran le diga de que porque trajo lo que trajo, dado que creo que todos sabemos cuál era el objetivo de todo ese tipo de material.
Si me pillaran mi pc se creerian que soy un terrorista vamos...
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