Hace unos días sucedía un evento bastante misterioso que inquieto a más de uno, una bola de metal de un metro de circunferencia cayó del cielo en una zona remota del norte de Namibia. La noticia aparecía en varios medios, como por ejemplo en La Vanguardia.
La bola, que más de uno se apresuró a atribuirla a ni más ni menos que a seres de otro planeta, estaba vacía por dentro y compuesta de una aleación de un no metal conocido por el hombre, según el jefe de la Policía científica Pablo Ludik, fue hallada cerca de una aldea del norte del país, a 750 kilómetros de la capital, Windhoek.
"Los aldeanos y la policía de la estación local escucharon varias pequeñas explosiones a tres millas de distancia y, cinco días después, se encontraron con la bola de metal",
Los científicos locales, examinaron duramente la esfera. Ésta con unos 35 centímetros de altura, pesa seis kilos, tiene de dos hemisferios soldados entre sí, y llegaron a la conclusión de que es segura, aunque fueron incapaces de atribuirle origen. Ésta fue encontrada en un cráter de 3.8 metros de diámetro y 33 centímetros de profundidad.
Las autoridades de Namibia rápidamente, después del pánico considerable desatado en la población y que la noticia se convirtiera en viral por toda la red, decidió avisar a la NASA y la ESA para tratar de descubrir el origen del objeto.
Parece ser que el misterio, fue solucionado por Gawker, siendo la bola probablemente un depósito de combustible para el almacenamiento de hidracina en los cohetes no tripulados. Un comentarista de Gawker proporcionó la información, diciendo que era un "39-litre hydrazine bladder tank", que por lo general "se utiliza en los cohetes no tripulados para el lanzamiento de satélites, lo que explicaría por qué están cayendo en una huella geográfica específica". Varias bolas de gran tamaño, han caído en el sur de África, Australia y América Latina en los últimos 20 años, según los informes.
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