miércoles, 21 de marzo de 2012

Tradiciones realmente peligrosas

A decir verdad, en España no nos podemos quejar de tradiciones sumamente extrañas: algunas crueles, otras peligrosas y otras simplemente raras. Pero para bien o para mal, no somos el único país con un folclore tan rico, y de hecho en multitud de lugares existen eventos que más de uno pensaría que no pueden ser ciertos. En la entrada de hoy repasaremos algunas tradiciones (algunas tradicionales y otras actuales) que son potencialmente peligrosas.
Disfrutadlo lo mejor que podáis:

Los bebes voladores


Si hay algo que resulta especialmente estremecedor, son los ritos y prácticas (aparentemente peligrosos) que involucran a niños. En la ciudad de Solapur, India, tienen la tradición de lanzar a los recién nacidos desde una altura de quince metros a una lona que está en manos de los devotos. Los pequeños son arrojados desde el techo de un templo. Esta es una tradición muy antigua (dicen que tiene más de quinientos años) y aunque parece realmente peligrosa, sus partidarios afirman que nunca se ha producido un accidente.

El salto del Colacho


En cualquier caso, en España podemos jactarnos de tener miles de tradiciones milenarias, y como no, alguna tenía que involucrar niños. En la localidad de Castrillo de Murcia (Burgos), se celebra desde 1621 el día del Corpus Christi con un acto que a muchos les parece espeluznante. Es el llamado "salto del Colacho", en el que un hombre, generalmente joven y ágil, disfrazado de una peculiar encarnación del diablo, salta por encima de hasta doscientos niños y bebes tumbados sobre colchones a lo largo de la cale principal. La tradición dice que de esta manera los recién nacidos quedan protegidos de sufrir a lo largo de su vida el mal de hernia. Las autoridades locales afirman que nunca ha habido en toda la historia de esta extraña fiesta, ni un solo caso de un niño herido o lesionado.

Train Surfing


A decir verdad todas las tradiciones peligrosas tienen un origen de más de 500 años, de hecho existen tradiciones relativamente recientes igual o más peligrosas si cabe. Por ejemplo, el Train Surfing consiste en viajar sobre la carrocería de un tren en movimiento, ya sea agarrado a los costados, tumbado entre las ruedas o de pie en el techo. A partir de 2000, este "jueguecito" comenzó a hacerse fatalmente popular en países como Reino Unido, Alemania o Dinamarca. En 2009 hubo catorce muertos solo en Inglaterra. Y es que a la posibilidad de sufrir una caída tras dar un mal paso, se unen otros muchos riesgos cómo los postes que cruzan a gran velocidad, los túneles y los peligrosos cables de alta tensión, que han llevado a varios participantes a morir electrocutados.

La batalla de Chios


Parecía que las guerras de religión eran cosa del medievo. Pero no, en la isla de Chios, en Grecia, se celebra cada año el inicio de la Semana Santa, con el enfrentamiento entre dos iglesias ortodoxas rivales. ¿Las armas? Cohetes y fuegos artificiales. Los dos templos se enfrentan así en una batalla luminosa y ensordecedora en la que más de 50.000 proyectiles vuelan entre uno y otro edificio. El vencedor es el primero que logre alcanzar la campana de la iglesia rival.
Dicen que esta tradición comenzó en 1889, cuando los invasores turcos confiscaron los cañones de los lugareños, y estos replicaron lanzando cohetes caseros. Cada uno de los dos bandos se había refugiado en uno de los templos que ahora rememoran el enfrentamiento. Cada año la festividad se salda con decenas de heridos, pero la edición de 2010 adquirió tintes trágicos con la explosión de uno de los almacenes donde se guardaba el material pirotécnico y que causó dos muertos.
 

Bodas a tiros


Lo normal en una ceremonia nucial, es recibir a los novios a la salida del templo lanzándoles puñados de arroz. Pero son varias las culturas, desde los apaches de Nuevo México hasta algunas tribus de Irak y Afganistán, que celebran las bodas disparando al aire rifles, revólveres y todo tipo de armas de fuego. Y claro, las tragedias están a la orden del día. ¿La más reciente? En Turquía, el 9 de agosto, durante una boda celebrada en la localidad de Ackagoze. El novio (con unas copas de más) festejó el enlace disparando un AKA 47, con tan mala fortuna que mató a su propio padre y a dos tíos.
 

La guerra del fuego


Si vas en verano a Nejapa, en El Salvador, ten mucho cuidado de no salir con el culo en llamas. Porque cada 31 de agosto se celebra en esa localidad la llamada Batalla de las Bolas de Fuego, en la que dos bandos, formados por decenas de personas se lanzan bolas incendiarias hechas de trapo y alambre, y remojadas con gasolina y gas. Esta incendiaria festividad se remonta a 1922,y sobre su origen hay varias versiones. Una, cuenta que conmemora la batalla entre San Jerónimo y el Diablo, quienes se lanzaron entre sí bolas de fuego. Y otra, afirma que surgió para celebrar el hecho de que la lava del volcán de San Salvador no dañó a la ciudad cuando entró en erupción en 1917. Sea como fuere, en esta batalla no existen reglas de ningún tipo, y hasta los turistas y los curiosos pueden ser agredidos con las bolas inflamables. Lo raro es que, al parecer, solo ha habido siete muertos desde que comenzó a celebrarse esta llameante fiesta.

La carrera del queso


Hasta este año, cada 29 de mayo se celebraba en la localidad británica de Cooper´s Hill, una competición realmente "apasionante": la carrera del queso rodante. Dicho festejo tiene confirmados doscientos años de antigüedad, aunque algunos afirman que se remonta a tiempos de los romanos. La fiesta consiste en lanzar un enorme queso desde lo alto de una elevada colina. Rodando por la pendiente, la bola láctea llega a alcanzar velocidades cercanas a los 100 km/h. Y detrás de él se lanzan los mozos tratando de atraparlo. La mayoría acaban la competición con contusiones de diverso tipo e incluso, en la edición de 2009, murió un conejo arrollado por la muchedumbre. Pero las autoridades prohibieron que se siguiera celebrando este evento. La causa no fue la muerte del pobre roedor, sino el hecho de que el año pasado asistieron más de 150 mil personas, una cantidad tres veces mayor de la que cabe en los alrededores. Y las estimaciones de asistencia para este año 2010 eran aún mayores. Así que para evitar que pudiera producirse una trágica avalancha, se suspendió la peculiar fiesta.

El balconing


Otra tradición realmente reciente y sumamente estúpida. Decenas de jóvenes turistas, principalmente británicos, alemanes y holandeses,en días estivales y en ciudades como Benidorm o Ibiza, se dedican a saltar desde el balcón de la ventana de su hotel, a la terraza de al lado, a la piscina... Haciéndolo además con varias copas de más. El resultado han sido once muertos y cuarenta y nueve heridos en el verano pasado. La policía y los servicios de asistencia de las citadas localidades ya les ha puesto un apodo a estos imprudentes jóvenes: "los precipitados".

1 comentarios:

  1. Lo del balconin no lo puedo entender, como la gente se puede jugar la vida de una forma tan estúpida, en fin , tiene que haber gente para todo. Un abrazo

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