En ocasiones hablamos en este blog sobre historia y curiosidades, y en la entrada de hoy queremos rendir homenaje a nuestros lectores de el otro lado del charco con esta pequeña entrada sobre sus culturas clásicas, las precolombinas. Esperemos que os guste, y si es así, no dudéis en compartir el enlace o en comentarnos.
Curiosidades Generales Precolombinas
El juego de la pelota, común a muchas civilizaciones precolombinas, consistía en meter una pesada pelota de caucho a través de un aro vertical, situado a una cierta altura, sin utilizar las manos ni los pies. Se utilizaba como duelo de los grupos de poder, además de poseer connotaciones rituales, ya que el equipo que perdía solía ser sacrificado al suponer la derrota una señal de mal augurio. También podía jugarse de forma lúdica, dentro de la nobleza.
A continuación y antes de pasar a las culturas por separado os adjuntamos un pequeño vídeo que trata el tema:
Los Mayas
La civilización maya, con una historia de aproximadamente 3.000 años, habitó una vasta región ubicada geográficamente en el territorio del sur de México y América Central. En el siglo XI d.C. acabó su hegemonía, aunque en la actualidad persisten en pequeñas zonas aisladas de México.
La civilización maya contaba con el cero entre sus números, lo que les permitía hacer complicados cálculos, como, a partir de la altura de las pirámides, determinar que la duración del año solar era de 365,2420. Sólo se equivocaron en 0,0002 días. También conocían con suma exactitud el movimiento orbital de Venus y la Luna, influyente enormemente en sus vidas. De hecho, medían el tiempo de algunas de sus guerras basándose en los puntos inmóviles de Venus y de Júpiter. De hecho los Mayas desarrollaron un calendario tremendamente sofisticado, de hecho, mucho más preciso que nuestro calendario gregoriano.
Los mayas eran muy aficionados a las perforaciones en los oídos, los labios y la nariz para ponerse adornos de jade, oro, madera, concha, hueso o piedra. Los mayas,y también los aztecas, perforaban su lengua regularmente para extraer sangre para ceremonias y rituales. Para aumentar el flujo de sangre, pasaban una cuerda por la perforación, que deslizaban rítmicamente de arriba hacia abajo.
Los mayas extraían la resina de un árbol conocido como zapote. Este líquido, muy parecido a algunos pegamentos líquidos, se masticaba, siendo éste el origen del actual chicle. Tanto los mayas como los aztecas usaban el chicle para limpiar los dientes, y para matar el hambre y la sed. Aunque mascarlo era algo muy difundido, no estaba bien visto hacerlo en público, al estar relacionado con la pereza.
Dentro de la nobleza maya, era símbolo de estatus social deformarse la cabeza. Esta decoración corporal la conseguían atándose tablas a la cabeza, una técnica no dolorosa. También colocaban entre los ojos de los niños y a corta distancia, un cordón con una figura en el extremo, para que al mirarla forzaran la vista y se quedasen bizcos, un distintivo también asociado a la nobleza.
En la antigua sociedad maya el jade, representación divina, fue más apreciado que el oro. El valor del jade, antes que material, era de índole mágico-religioso, por lo que la piedra fue utilizada para la elaboración de objetos sacros y artísticos. La posesión del jade era marca de alta jerarquía y la aristocracia se embellecía con orejeras, pendientes, collares, máscaras, pectorales y muñequeras donde lucía la piedra; incluso los gobernantes usaban pequeñas piezas para decorar sus dientes.
Otro detalle bastante curioso sobre la cultura Maya, es la manera de tratar a un muerto, en combate jamás dejaban los cadáveres y trataban de recuperar los cuerpos de sus camaradas incluso en plena batalla (detalle que aprovechó Cortés en su aventura por el nuevo mundo). Además, los muertos, eran enterrados igual que en muchas culturas, pero lo más interesante es que en sus propias casas, o en casas de vecinos. Finalmente destaca también y en referencia a lo anterior, que los Mayas usaban la misma palabra para referirse al amor y al dolor.
Los Aztecas
El origen histórico Imperio Azteca se remonta a una coalición militar conocida como la Triple Alianza, que vinculó a tres estados emergentes: los mexicas, cuya ciudad capital fue México-Tenochtitlan; los Acolhua con Texcoco como ciudad primordial, considerada el centro cultural; y Tlacopan, que reunió a los sobrevivientes del antiguo señorío que había dominado el valle de México. Los aztecas impusieron su jerarquía sobre sus aliados y extendieron su dominio hasta las costas del Océano Pacífico y del Golfo de México.
En el centro de la ciudad de Tenochtitlan, mayor que las ciudades europeas de su época, se encontraba el Templo Mayor, un recinto amurallado donde se encontraban los principales templos. Junto a él se encontraba el palacio de Axayacatl, que disponía de 100 habitaciones con baño propio para los visitantes y embajadores. Fue ahí donde se alojaron los hombres de Cortés, junto con sus aliados tlaxcaltecas.
Las fiestas religiosas de los aztecas tenían como fin equilibrar la voluntad creadora frente a la destructora para así garantizar la continuidad de los ciclos, desde el vital hasta el agrícola. Por ello, se realizaban sacrificios en la creencia de que la sangre humana era la expresión viva del ritual de la continuidad al ser el alimento del dios Sol.
En la corte de los emperadores aztecas, los albinos y jorobados tenían un lugar especial al ser considerados como celebridades. Los albinos eran reverenciados con respeto, pues se les consideraba de mal agüero, hasta que eran sacrificados a la edad de cinco años. Los jorobados eran considerados seres sagrados y los antiguos mexicanos veían en ellos signos de la divinidad.
La sociedad azteca estaba diferenciada entre: la nobleza, llamada pipiltin, que mostraban orgullosos su parentesco con el gobernante mostraban su valiosa joyería en jade y oro; y la gente común, los Macehualtin, que sólo podía ornamentarse con objetos de arcilla y utilizar vestimenta hecha de henequén (fibra textil).
Los Incas
Este Imperio fue el más extenso de América y uno de los más grandes de la antigüedad, al abarcar casi toda la parte de Occidental de Sudamérica. Su población, de más de 12 millones de habitantes, hablaban una sola lengua, el Quechua, y estaba gobernada por un emperador llamado Inca. Su capital era la ciudad de Cuzco, Ombligo en quechua.
La ciudad inca de Cuzco estaba asentada a unos 3000 metros sobre el nivel del mar. A pesar de ello podía el Inca comer pescado fresco gracias a un sistema de relevos con corredores entrenados que se desplazaban desde la costa hasta las montañas.
Los incas tenían una manera muy peculiar de escribir. Utilizaban el quipu, un conjunto de cuerdas largas de las cuales colgaban otras más pequeñas. La combinación de nudos, tamaños y colores de los quipus les servían para guardar memoria de ciertos hechos y para realizar los cálculos aritméticos.
El dios supremo de la cultura inca era Viracocha, el dios Sol, creador de todos los seres vivientes. Pacha Mama era la diosa de la Tierra y Mama Quilla la de la Luna.
Los incas también contaban con constelaciones en el firmamento pero formadas por espacios vacíos en vez de por agrupaciones de estrellas como las constelaciones que conocemos actualmente.
En el imperio Inca, cada indio recibía un campo donde le correspondía la siembra de 150 kilos de grano. Se practicaba el cultivo en terrazas y todas las liturgias y ritos centraban la atención en este cultivo. La principal fiesta era en su honor.
Para regar sus cosechas, cambiaron la ruta de los ríos para abastecer los canales de irrigación que llevaban el agua a las terrazas. Esta innovación fue tan exitosa que muchas de aquellas terrazas todavía existen y están en uso.
Muchas de las pirámides mesoamericanas se reconstruían periódicamente sobre una estructura ya existente si bien esta práctica se relacionaba con cada cambio de era y se conmemoraba construyendo una pirámide nueva encima de las anteriores.
Otro dato curioso es que los incas conocían la rueda, pero solo como juguete, debido a lo escabroso de las regiones que habitaban (montañas, especialmente la Cordillera de los Andes).
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