Simbología de las figuras del Belén

El belén, también llamado nacimiento, pesebre, portal o pasitos en los diferentes países y regiones de habla hispana, es la representación plástica de escenas de la Natividad de Jesucristo, que se suele exponer durante la Navidad en hogares, iglesias y muchos centros públicos, como escuelas, organismos oficiales, comercios, etc. La construcción y exhibición de belenes forma parte de la liturgia navideña en muchas partes del mundo, especialmente en la tradición católica.

A continuación se expone la diferente simbología de cada una de las figuras:

Niño Jesús

Guía espirítual que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al mundo.

 

Virgen María

Mujer comprensiva y bondadosa, representa la fidelidad y el amor a Dios.Poco se sabe de ella, salvo que según los Apócrifos es hija de Joaquín y Ana.

 

San José

Considerado un artesano de cierta posición, era descendiente directo del rey David . Inspira obediencia y fortaleza.

 

Estrella Fugaz

Es la propia divinidad manifestándose como luz y guía. Foco de luz entre tinieblas y guía para los que quieren ver la nueva verdad.

 

Reyes de Oriente

La biblia sólo menciona a unos Sabios de Oriente que ofrecen como regalos oro, incienso y mirra. Leyendas posteriores les han proporcionado el rango de reyes, el número (3), y sus nombres. Otra cuenta que están enterrados en la Catedral de Colonia (Alemania)

Mula

Es el animal más humilde de la creación, motivo por el cual fue elegido para acompañar a María y estar en el pesebre.

 

Buey

Con su aliento mantiene caliente el pesebre. Da ejemplo a los hombres para que mantengan en su hogar un ambiente cálido y amoroso.

 

Pastores

Personajes mal vistos en la época, son los elegidos para ser los primeros en conocer la llegada del Salvador. Representan a la plebe.

 

Caganer

Aunque no se conoce con exactitud cual es la razón para colocar una figura defecando, se cree que el caganer con sus heces fertiliza la Tierra, por lo que se le considera un símbolo de prosperidad y buena suerte para el año siguiente. La tradición del caganer está aceptada plenamente por la Iglesia.

La gente decía que con sus heces abonaba la tierra y así la fertilizaba para el año siguiente. Con él había la salud y tranquilidad de cuerpo y alma que hace falta para montar el pesebre, con el gozo y alegría que comporta la Navidad en el hogar. Colocar esta figura en el Belén, traía suerte y alegría; no hacerlo comportaba desventura.