viernes, 2 de agosto de 2013

El mensaje que enviamos los humanos al resto del universo

A estas alturas conoceréis mi interés por el universo, los planetas y lo que es más importante, los satélites. Y en la entrada de hoy quiero explicaros una pequeña historia de satélites.
En el año de 1977 fueron lanzadas al espacio la sondas Voyager 1 y 2 desde Cabo Cañaveral, ambas con la misión de visitar y estudiar a los gigantes Júpiter y Saturno.
Ambas sondas llegaron a Júpiter en 1979 con algunos meses de diferencia. En conjunto enviaron a la tierra más de 33.000 imágenes del planeta con una calidad y nitidez nunca antes vista y descubrieron nuevas lunas hasta entonces desconocidas. Definitivamente los datos aportados por ambas sondas justificaron con creces el costo del proyecto.
Voyager
Para noviembre de 1980, la V1 ya se había acercado a Saturno, llegando a estar en su momento más cercano a tan sólo 125.000 km del planeta, y al año siguiente, su hermana, la V2 también. Es aquí tomaron rumbos diferentes. La V1 siguió avanzando hacia los confines del sistema solar, mientras que V2 fue redirigida hacia Urano y Neptuno, algo no previsto en el proyecto original, a donde llegó en 1984 y 1991 respectivamente.
Sistema solar
Espero que nadie se haya aburrido hasta este punto de la historia, puesto que lo explicado hasta el momento no era más que un preludio a la verdadera historia que queremos contaros en esta entrada.

Lo interesante, y lo cuál vamos a tratar en esta entrada es, que cada una lleva a bordo un disco de cobre bañado en oro, en el que se encuentra grabado un mensaje de la humanidad destinado a cualquier posible civilización extraterrestre que las encuentre. Cabe destacar que a inicios de los años 70 las sondas Pionner fueron las primeras en llevar una placa con un gráfico en el que se mostraba la ubicación de nuestro planeta con respecto al sistema solar, y la figura de un hombre y una mujer. En aquella época fue muy criticado el gráfico debido a la desnudez de la pareja.
Volviendo a las Voyager y sus discos dorados, estos discos tienen un diámetro de 31 cm y en ellos va grabado un mensaje a manera de saludo en 55 lenguas, también un saludo del entonces secretario de la ONU, una hora y media de música proveniente de diversas culturas, fotografías y mucha información más. Todo el material que contiene el disco fue elegido y seleccionado por un comité de científicos encabezado por el astrónomo Carl Sagan.
El mensaje que enviamos los humanos al resto del universo
Contienen 116 imágenes en más de una calibración, en las que se explica en lenguaje científico la localización de nuestro sistema solar, las unidades de medida que utilizamos, las características de la tierra, del cuerpo humano y de la sociedad en general. Las imágenes (haz click en el link anterior para verlas, son realmente interesantes) fueron diagramadas a blanco y negro y a color. Las primeras son de interés científico en las que se exponen nuestras bases de matemáticas y física, el sistema solar y los planetas, el ADN, la anatomía humana y la reproducción. Las imágenes a color son de animales, insectos, plantas y paisajes de la Tierra, sobre nuestra alimentación y arquitectura, retratos humanos incluyendo una amplia gama de culturas, y se tuvo la precaución de anotar y explicar nuestras escalas de tiempo, tamaño y masa. Las medidas y escalas utilizadas necesitaban pocas referencias físicas y se pensó, y aún se cree, que pueden ser compatibles en cualquier lugar del universo.

El mensaje que enviamos los humanos al resto del universo

Aquí os dejamos otro link dónde se pueden ver todas las imágenes

En ambos discos también fue incluido un mensaje del entonces presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, que decía:
«Lanzamos este mensaje al cosmos. De los 200 mil millones de estrellas de nuestra galaxia, algunas, tal vez muchas, pueden tener planetas habitados y civilizaciones con tecnología espacial. Si una civilización intercepta nuestra nave y puede descifrar el contenido, este es nuestro mensaje: "Estamos tratando de sobrevivir a nuestro tiempo para poder vivir en el de ustedes. Esperamos algún día, después de haber resuelto los problemas que enfrentamos, unirnos a una comunidad de Civilizaciones Galácticas. Este registro representa nuestra esperanza, nuestra determinación y nuestra buena voluntad en un universo vasto e impresionante."»

También fueron incluidos una serie de sonidos tales como el oleaje, viento, truenos y de algunos animales, incluyendo cantos de pájaros y ballenas. (Podéis escucharlos aquí)
La selección musical fue variada, e incluía los ritmos y melodías más representativas del planeta que abarcaban desde Beethoven, pasando por Guan Pinghu , Mozart y Stravinsky hasta Chuck Berry. (Aquí podéis ver la lista de canciones)
Las 116 imágenes fueron codificadas en forma analógica y compuestas por 512 líneas verticales. El resto del disco es de audio, diseñado para ser escuchado a 16 ⅔ revoluciones por minuto.
Para facilitar el uso del disco a una eventual civilización extraterrestre que lo encuentre, la NASA incluyó en ambas Voyager la aguja necesaria para que alguien reproduzca el contenido del disco. En la esquina superior izquierda de su superficie es fácilmente reconocible el esquema de un fonógrafo y su aguja. En él se muestra la posición correcta para ejecutar el registro desde el inicio. El gráfico indica que su ejecución debe iniciar de afuera hacia adentro. Debajo de este primer dibujo hay una vista lateral del disco y la aguja, con un número binario que muestra el tiempo necesario para reproducirlo, alrededor de una hora.
El mensaje que enviamos los humanos al resto del universoLos 55 saludos que se enviaron son muy curiosos y no guardan uniformidad entre sí, aunque todos llevan su dosis de buenos deseos. Por ejemplo, el saludo en idioma castellano es: “Hola y saludos a todos”, mientras que el saludo en árabe decía: “Saludos a nuestros amigos de las estrellas. Ojalá podamos reunirnos algún día”.
El cantonés decía algo así: “Hola ¿Cómo están? Les deseamos paz, salud y felicidad”, mientras que el saludo indonesio decía: “Buenas noches señoras y señores. Adiós y nos vemos en una próxima oportunidad”.
El saludo en idioma amoy, una lengua utilizada por millones de personas en el este de China dice: “Amigos del espacio, ¿cómo están? ¿Han comido ya? Vengan a visitarnos, si tienen tiempo”. En este enlace podéis leer y escuchar los 55 saludos que se enviaron.
El mensaje que enviamos los humanos al resto del universoEstas naves hermanas son los aparatos creados por el hombre que más lejos han llegado. Ahora, a 34 años de su lanzamiento se encuentran a 17.000 ya 14.000 millones de kilómetros de la tierra respectivamente, tan lejos que desde la tierra tardamos 14 horas y media en enviarles un mensaje, y otras 14 en recibir respuesta. Se alejan de la tierra a una velocidad aproximada de 17 kilómetros por segundo, y una ya ha abandonado el sistema solar.
Se estima que las baterías atómicas de las que están provistas ambas naves, permanecerán activas del año 2025. Cuando ya no dispongan de esa energía, seguirán su viaje infinito por el espacio pero ya no podrán transmitirnos "lo que ven", nos habrán dejado definitivamente.
Disco de Oro de Voyager
Disco de Oro de Voyager
En los años 80 era muy común en los Estados Unidos escuchar una broma que decía que los extraterrestres habían encontrado los discos de las Voyager y que habían mandado un mensaje a la Tierra pidiendo que envíen más música de Chuck Berry. En este enlace multimedia podéis disfrutar de todo el contenido del Disco de Oro de las Voyager.
Debido al tamaño del Universo y a las inmensas distancias que separan a las estrellas, el mismo Carl Sagan dijo que si hipotéticamente hubiesen otras formas de vida capaces de recibir y descifrar el mensaje de las Voyager, esto no sucedería hasta dentro de unos 40.000 años. Por último nos gustaría dejaros con esta gran frase de Carl Sagan:
“A veces creo que hay vida en otros planetas, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa.”

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