Deformarse la cara adrede se ha convertido en toda una moda en Japón. Es una nueva tendencia (en realidad fué inventada en 1999, pero es actualmente que hay un boom mediático) que en Japón ha tenido impacto (aunque no sé si realmente ha perdurado a éste verano o no) de modificación corporal. Allí los «Bagelheads» (cabeza de bagel, un alimento similar al donut) son aquellos que encuentran excitante inyectarse agua salada en la cara y en otras partes del cuerpo. A través de injecciones de salina en la piel hecha por profesionales (generalmente tatuadores y piercers) se crea una inflamación en el lugar elegido (generalmente en la frente, pero puede ser en qualquier parte del cuerpo).
Después de esto, su piel experimenta una inflamación en forma de bultos redondos. Dicha inflamación puede ser manipulada y moldeada a nuestro gusto. Al ser sólo una inflamación, no dura más de 24 horas, pero sirve para lucir en fiestas y eventos. Utilizando tinte para comida se puede colorear la zona como se quiera y darle así un aspecto más artístico.
Tokio y Osaka son las ciudades en las que hay más adeptos a esta práctica. Los «Bagelheads» se reúnen en clubes donde ellos mismos ayudan a pincharse la solución salada en la cabeza, brazos, senos y glúteos.
Evidentemente, un tipo de intervención como esta puede tener efectos secundarios: desde dolor en la cabeza hasta tibantez o mareos.
A mi personalmente, ya me entran mareos solo de ver las imágenes.
debo de probarlo en la churra, el efecto va a ser espectacular....mente asqueroso.
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