Tras muchísimos años de debates entre paleontólogos, un estudio ha demostrado que los grandes dinosaurios tenían una temperatura corporal de entre 36 y 38 grados centígrados, siendo pues animales de sangre caliente, similar a la de los mamíferos. Los resultados obtenidos por un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech) parece haber puesto fin al que, junto con la extinción, ha sido uno de los grandes temas de conflicto en la comunidad científica durante décadas.
El responsable de la investigación, Robert A. Eagle, reconoce que "hasta ahora, nadie pensaba que fuera posible medir la temperatura de los dinosaurios". Sin embargo, él y su equipo han conseguido hacerlo utilizando restos fósiles de dos tipos de saurópodos (braquiosaurio y camarasaurio), es decir, los típicos “cuello largo”. El equipo de Eagle ha centrado su investigación en la medición de un compuesto formado por isótopos de oxígeno y carbono que se encuentra en el esmalte de los dientes fosilizados de los dinosaurios. Según el estudio, publicado hoy en la revista Science, las cantidades acumuladas de este compuesto "están directamente relacionadas con la temperatura del entorno en el que se formó, en este caso, el interior de los dinosaurios". El investigador asegura que los datos obtenidos mediante este método son "muy precisos" y que tienen un error no superior a un grado centígrado.
A pesar de las evidencias habrá espacio para el debate. Si bien muchos paleontólogos asumen que los dinosaurios podían tener temperaturas corporales altas, no todos coinciden en si estos tenían mecanismos de termorregulación internos, como los mamíferos, o si dependían de las variaciones externas, como los lagartos.
"El hecho de tener una temperatura corporal alta no implica necesariamente que los dinosaurios pudieran regular su temperatura como los seres humanos".
Para los que defienden la ausencia de mecanismos de regulación internos, el hecho de que la temperatura de los dinosaurios sea alta se debe a su enorme tamaño.
"El gran volumen de los saurópodos en relación a su superficie corporal hacía que tardaran mucho tiempo en perder calor, con lo que su temperatura se podía mantener alta y aproximadamente constante durante largos periodos de tiempo"
Esto es lo que llamamos gigantotermia, estudios anteriores habían determinado que la temperatura de los dinosaurios debía estar por encima de los 42 grados centígrados. Es decir, la diferencia con las temperaturas medidas por su equipo "podría indicar que los saurópodos tenían mecanismos para impedir que su cuerpo alcanzara las elevadas temperaturas propias de su gigantesco tamaño". El estudio plantea varios ejemplos de estos mecanismos, como la disposición de pequeños sacos de aire internos que ayudaran a refrigerar o la disipación de calor a través de un cuello y una cola especialmente largos.
Pese a todo, los resultados no consiguen responder a la pregunta de si los dinosaurios poseían sólo mecanismos de regulación internos o si necesitaban de pautas que les ayudaran a regular su temperatura, tal y como sucede con los reptiles modernos. En cualquier caso, "nadie ha realizado nunca una medición similar de la temperatura corporal de los dinosaurios", con lo que este estudio ofrece un "nuevo punto de vista en el viejo debate sobre la fisiología de los dinosaurios".
Anda que intentar determinar la temperatura de las angre de estos bichos...no creo que se sepa siquiera que temperatura haria en el ambiente, cuanto mas esto.
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