Según el FBI, los asesinos en serie son personas que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo entre cada asesinato. Los crímenes cometidos son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino, contrariamente a aquellos que están motivados por ganancias monetarias (por ejemplo, asesinos a sueldo) o los que tienen motivaciones ideológicas o políticas (por ejemplo, terroristas, genocidas).
Aquí tenéis la lista de los asesinos en serie que han acabado con más vidas (confirmadas):
5. Erzsébet Báthory - 80 víctimas y sospechosa de otras 650
Más conocida como "La condesa sangrienta", debido a los macabros y depravados crímenes que cometió. Fue una aristócrata húngara perteneciente a una de las mas ilustres familias de Europa. Popularmente se cree que mataba a sus jóvenes doncellas para bañarse en su sangre porque creía que así se mantendría joven y bella.
Un día, propinó una violenta bofetada a la criada que la estaba peinando, con tan mala fortuna que ésta comenzó a sangrar y su sangre salpicó la mano de la condesa. Convencida de que el trozo de piel donde había caído la sangre se veía más lozano, proyectó tomar baños de sangre humana parar mantener su juventud y belleza eternamente. A partir de este momento comenzó una orgía desenfrenada de asesinatos que se prolongó por espacio de diez años, durante los cuales sus criados recorrieron la región a la caza de jóvenes vírgenes,cuando no era ella misma la que las atraía al castillo con el señuelo de ser empleadas como sirvientas. Allí, las aldeanas eran encerradas en las mazmorras del castillo, a la espera de ser degolladas para que su sangre llenara la bañera de la cruel condesa.
4. Javed Iqbal (Pakistán) - 100 víctimas
Fue detenido en diciembre de 1998 tras enviar una carta a la Policía en la que confesaba haber estrangulado a un centenar de jóvenes. En esta carta, el asesino no solo se mofaba de la incapacidad de las autoridades de atraparlo y ponerlo entre rejas, sino que también en ella explicaba cómo había cortado en pedazos los cuerpos de sus víctimas, de las que abusaba sexualmente antes de asesinarlas, para depositar posteriormente los restos en una tinaja con ácido, para hacer desaparecer los cadáveres.
La carta produjo un total revuelo en las autoridades, y desencadenó una auténtica caza del asesino.
El 30 de diciembre, Iqbal se presentó en las oficinas de “The News”, un periódico de la ciudad paquistaní de Lahore.
En la redacción de este periódico declaró que no sentía remordimientos por haber matado a 100 niños, pero que, si bien podría haber matado a 500 de ellos, si sólo asesinó a 100 fue porque no quiso ir “más allá”.
Confesó a los periodistas que sus actos fueron en protesta por los malos tratos que sufrió por parte de las Fuerzas de Seguridad, y que temía por su vida si se entregaba directamente a la Policía, pues por ese motivo había acudido al periódico local.
La Corte de Lahore declaró: “Morirá estrangulado delante de los padres de los niños a los que ha matado, y su cuerpo será cortado en cien pedazos que serán depositados en ácido, como usted hizo con los niños“, y así fue.
3. Thug Behram (India) - 125 víctimas confirmadas y sospechoso de otras 931
Fue líder de una banda de la Thuggee India, mataba a sus víctimas por estrangulación mediante una tela ceremonial (o rumal, que en idioma Hindi significa pañuelo), usado por su culto entre 1790 y 1830.
Asfixiaba a sus víctimas de forma tan violenta que muchos de los testigos que encontraban los cuerpos relataban sobre la expresión de “haber visto al mismo demonio” que poseían sus rostros. Curiosamente Behram no actuaba solo, y muchas veces salía de cacería junto a una pandilla de 20 hombres, todos pertenecientes al temible clan de ladrones de Thuggee, tan temido por las fuerzas Británicas que hoy en inglés thug es sinónimo de delincuente.
Al ser capturado por las fuerzas Británicas en la India Behram fue sujetado a un interrogatorio en el que se le intentó hacer confesar los crimines, sin embargo éste no recordaba el número exacto de asesinatos cometidos.
2. Luís Garavito (Colombia) - 138 víctimas confirmadas y sospechoso de otras 300
En repetidas ocasiones, se hacía pasar por vendedor ambulante, monje, indigente, discapacitado y representante de fundaciones ficticias en favor de niños y ancianos. Era conocido también como “Alfredo Salazar”, “El Loco”, “Tribilín”, “Conflicto” y “El Cura”.
Las víctimas de Garavito eran niños entre los 6 y los 16 años, de bajo estrato económico. Los abordaba en los parques infantiles, instalaciones polideportivas, terminales de buses, plazas de mercado y barrios suburbiales. Según lo establecido generalmente les ofrecía dinero y los invitaba a caminar hasta cuando los menores se cansaban y eran atacados en sitios despoblados.
De acuerdo con la investigación, en esos lugares los cuerpos sin vida de los menores fueron encontrados degollados, mutilados y con señales de haber sido amarrados. También se encontraban con señales de acceso carnal violento y tortura; con cuchilladas en el corazón, en las nalgas, con los miembros genitales mutilados y colocados en la boca o incluso decapitados. En la residencia de una amiga suya en Pereira, se encontraron objetos similares a los hallados en los sitios de los crímenes y publicaciones periodísticas en las cuales se reseñaba el estado de las investigaciones por desapariciones y homicidios de niños en el país.
La suma de todos los crímenes suma más de 1000 años de cárcel, pero la pena máxima en Colombia es de 60 años, y por colaborar en la recuperación de los cuerpos y por buena conducta le disminuirían la condena a 12-16 años.
1. Harold Shipman - 218 víctimas y sospechoso de más de 250
Mundialmente conocido como el "Doctor Muerte" y múltiple asesino, fue encontrado ahorcado el 13 de enero de 2004 en su celda de la cárcel de
máxima seguridad.
máxima seguridad.
Las sospechas, que condujeron a las investigaciones sobre la forma como trabajaba el médico, a quien durante el juicio se señaló como un "adicto al asesinato", comenzaron en 1998 cuando cometió uno de sus mayores errores, al falsificar el testamento (dejándose 350.000 libras) de una anciana de 81 años a la que asesinó inyectándole morfina. Tras la investigación, el 7 de septiembre de ese año fue detenido.
Al parecer, cuando tenía 17 años fue testigo de una dolorosa muerte de su madre a causa del cáncer y eso, según algunos psiquiatras británicos pudo "marcarle para el resto de su vida", porque ella fue tratada en sus últimos días con morfina para calmar los intensos dolores que sufría.
Además, resultó ser un adicto a los calmantes y en la década de los años 70 llegó a reventarse las venas por utilizarlos en cantidades desproporcionadas, pero las autoridades únicamente le multaron con 600 libras esterlinas que pagó para quedar así libre de cargos y ejercer una carrera que le llevó a matar a una amplia mayoría de sus pacientes.
Shipman, que ejerció como "médico de familia" en Todmorden, inicialmente, y desde 1977 en Hyde, una población cercana a Manchester, prefería acabar con la vida de mujeres mayores de 60 años que vivían solas y a las cuales durante las visitas que efectuaba les inyectaba dosis de morfina o heroína, y luego certificaba que habían fallecido como consecuencia de una crisis cardiaca. Según los jueces no hubo en esos asesinatos ningún motivo de índole sexual ni económico, salvo en el de Kathleen Grundy, que se convirtió en su perdición.
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